Alfonso López Aguilar dedica su Premio Max a la memoria y la realidad social
Pamplona, Iruña.- Alfonso López Aguilar, galardonado con el premio a Mejor Intérprete Masculino de Danza en la XXVIII edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, ha conmovido con un discurso cargado de emotividad y un profundo compromiso social. A pesar de no poder asistir en persona a la ceremonia, al encontrarse bailando y ensayando en Cataluña y Austria la pieza por la que fue reconocido, su mensaje fue claro y resonante: “Deseo que mi arte no deje desapercibida la realidad en la que vivo inmerso y que este mensaje haga algo más que memoria por mi hermano Max”.
López Aguilar, quien envió un vídeo para agradecer el reconocimiento luciendo una camiseta con la frase “no puedo tengo ensayo”, expresó su gratitud al “increíble equipo creativo” con el que colaboró, destacando a las “bailarinas excepcionales con corazones gigantes” por hacer posible la “amalgama de movimientos y su sincronía, la poesía no verbal, la visceral”. También agradeció a los directores e intérpretes Guy y Maria por su liderazgo.
En un momento especialmente tierno, el bailarín envió un beso “enorme” a Donají, “el refugio de mi corazón”, a quien describió como una “princesa Zapoteca” y le dedicó el premio “hasta Oaxaca, México”.
El artista también reconoció a NOOT, la pieza que interpretó, por permitirle “evolucionar en mi proceso de entender el mundo a través del movimiento” y por ser el lugar donde conoció a su compañera Olatz Larunbe, con quien ya ha estrenado su obra (IHTOK) en tierras navarras, iniciando así un nuevo “mundo creativo”.
Sin embargo, la parte más conmovedora de su discurso llegó al dedicar el premio a dos amigos cercanos que perdieron la vida trágicamente. Recordó a José Corral, bailarín y coreógrafo de Hermosillo, Sinaloa, cuya vida “culminó prematuramente” en febrero a los 28 años debido a una enfermedad crónica, dejando un “precedente importante en la danza contemporánea en México”. López Aguilar le envió “un besito al cielo bombón”.
Finalmente, el premio fue dedicado a Maximiliano Corrales García, a quien le “arrebataron la vida a sus 26 años” el 24 de marzo de 2023. Corrales García desapareció de su casa y su cuerpo fue hallado sin vida en el río Salado de Culiacán, Sinaloa, México. Con voz entrecortada, López Aguilar le rindió un homenaje personal: “Bailé, reí, me sorprendí de la vida y asumí sus riesgos a tu lado, a ti te ofrezco mi baile como tributo ya que a ti te privaron de tu derecho a la vida”.
El discurso de Alfonso López Aguilar trascendió la mera celebración de un logro artístico, convirtiéndose en un poderoso manifiesto sobre el papel del arte como reflejo de la realidad y como homenaje a aquellos cuyas voces fueron silenciadas demasiado pronto.