25N con deudas: padece 1 de cada 3 mexicanas violencia económica
Para Verónica, haber conseguido su libertad, sobre todo la financiera, tras separarse de una relación “tormentosa”, no significó haber dejado atrás la violencia económica y de otro tipo, sino comenzar a experimentarla de otra manera en la que no esperaba.
Fue en 2023 que la mujer de 35 años pudo separarse de su pareja, quien, a pesar de nunca haber recurrido a la violencia física ni sexual, sí la hizo vivir “un matrimonio que se sentía como un secuestro”, donde la restricción financiera a la que la estuvo sometida durante cinco años la alejó de terminar la carrera que estaba a punto de concluir, de ver a su familia, de reunirse con sus amistades y hasta de poder decidir qué comprar para el hogar que quería formar.
- El Dato: en 2022, tres mil 775 mujeres y niñas fueron asesinadas intencionalmente, aunque sólo el 25% de esos casos se investigaron como feminicidios.
“Cuando me junté con él, mi familia, obvio, ya no asumió los gastos de mi carrera porque él les prometió que me ayudaría. Ya casados y en el último año de mi carrera, él me dijo que no podía porque le estaba yendo mal en el trabajo, así que pausé eso y le quise ayudar consiguiendo empleo o vendiendo algo, pero no me dejó porque según le daba pena.
“Sólo fueron pretextos, ya con el tiempo lo que hizo fue ni siquiera dejarme el gasto, él llevaba la despensa, pagaba recibos y no me permitía salir más que con él y a donde él decía.
“Un día dijo que perdió sus llaves para entrar a donde vivíamos, así que se llevó las mías y me dejó encerrada, dejó de pagar el internet y yo no tenía celular, prácticamente quedé incomunicada”, contó Verónica a La Razón.
Esto último lo padeció durante casi medio año, ya con otras muestras de violencia: gritos y maltrato psicológico, hasta que pudo comunicarse con su familia y ésta acudió a confrontar la situación para sacarla de la casa en la que se encontraba “recluida” y eligió no presentar ninguna denuncia contra su expareja, para no “volver a saber nada de él”.
Una vez libre de esta situación, Verónica buscó empleo para juntar dinero y retomar sus estudios. Lo encontró como cajera en una tienda departamental donde encontró violaciones a sus derechos laborales, como pagos incompletos o retrasados en muchas ocasiones, donde al intentar enfrentar su situación recibió amagos de su superior con frases como: “a ver, denuncia, te boletinamos y a ver si te contratan en otro lugar”, lo cual, dijo, le hizo sentir que era el único sitio donde podría estar, ya que además le hicieron sentir que ya estaba “grande” de edad. Y ahora que logró salir de ese sitio, labora en otro lugar donde su percepción es de un pago desigual y un estancamiento respecto a otros compañeros, principalmente hombres, a pesar de su esfuerzo por conseguir ascenso.
“Terminé renunciando y afortunadamente sí me contrataron en otro lugar, pero aquí encuentro que, aunque me consideran personal confiable y me encargan tareas que a otros no, no me suben ni mi salario ni de puesto como a otros que han llegado después y se hacen cuates de los jefes”, contó Verónica con desánimo.
De acuerdo con los últimos datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), 27.4 por ciento de las mujeres —o una de cada tres— ha vivido violencia económica, definida como aquellas acciones u omisiones cometidas por la persona agresora y que afectan la supervivencia económica de la víctima, por medio de limitaciones que controlan el ingreso económico, así como la percepción de un salario mínimo dentro de un centro de trabajo.
En una valoración de las condiciones sociodemográficas, salta que las mujeres de entre 25 y 34 años de edad son las que padecen más la violencia económica, patrimonial y discriminación.
En otro punto, los datos del Inegi apuntan que las mujeres mexicanas con educación superior completa, 23.5 por ciento, son las que padecen más la violencia laboral.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la proporción de mujeres en puestos directivos ha caído en nuestro país entre 2022 y 2024, al pasar de 39.1 por ciento a 38 por ciento.
Así la situación en México
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares:
- Mujeres de 25 a 34 años padecen más la violencia económica, patrimonial y discriminación.
- Ha vivido violencia económica en entorno laboral y el hogar, 27.4 por ciento.
- Mujeres con educación superior completa, 23.5 por ciento, son las que padecen más la violencia laboral.
- De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, la proporción de mujeres en puestos directivos ha caído en México entre 2022 y 2024, al pasar de 39.1 por ciento a 38 por ciento.
Nota de origen: https://www.razon.com.mx/mexico/2025/11/25/25n-con-deudas-padece-1-de-cada-3-mexicanas-violencia-economica/