Reconstruir su unidad interna: el gran reto de la sección 22 del SNTE-CNTE
Como se ha venido haciendo desde hace años, después de dos semanas de movilizaciones, se declara “repliegue táctico” y se suspenden las acciones por parte de las trabajadoras y los trabajadores de la educación pertenecientes a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), al mismo tiempo que integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación(CNTE).
Como ha sido costumbre, también, las respuestas que el gobierno otorga se califican por el gremio como nulas o mínimas e insuficientes, dejando las movilizaciones en suspensión.
En este compás de espera hay que comprender cuál es el gran reto que la realidad, a tomar en cuenta aunque incomode, plantea para la lucha de las trabajadoras y los trabajadores de la educación.
Como cuestión obligada, está la reconstrucción de la unidad interna, pues esta se encuentra fracturada a partir de que se obliga a trabajadoras y trabajadores a participar en las actividades, supeditado a esto el disfrute de sus derechos laborales. Algunos indicadores de esto son la dificultad que se encuentra para la instalación con quórum legal de las asambleas delegacionales, sectoriales, regionales y las de carácter estatal. En este mismo sentido está el porcentaje real de participación en las actividades diversas.
Aunado a esto también deberá permitirse la libre manifestación de las ideas, pues si bien es cierto nadie te impide decirlo en los diferentes eventos sindicales, te ubican como “charro” y te sectarizan realizando un linchamiento político no declarado mediante tenebra y maniobras que buscan descalificar tu opinión.
Por otro lado, para que se fortalezca la unidad interna debe comprenderse que al interior existen diversas expresiones políticas, ideológicas y partidarias y que, cuando no se busca convencer con el debate, sino con la descalificación o satanización, se sectariza la fuerza.
En este sentido, considero que la Sección 22 tiene que comprender que no son un partido político; que su función no es luchar por el poder. Darle ese carácter al sindicato es acabar con su fuerza.
Esa unidad debe reconstruirse a partir de fortalecer la independencia de la organización sindical de los partidos políticos y del gobierno (en este caso, sobre todo, del gobierno estatal), pues sería condenable utilizar la fuerza numérica del sindicato para que, con demandas justas, se movilicen para favorecer la situación de conflicto que pudiera tener el gobernador en turno con la Presidenta del país.
Como acotación, es bueno encontrar respuesta a la siguiente interrogante: ¿Qué relación puede tener la decisión de replegarse, por parte de la sección 22, con la visita de Omar García Harfuch al gobernador de Oaxaca, con la operación “Sable” aplicada en Juchitán, y el señalamiento de algunos funcionarios?
Las trabajadoras y los trabajadores de la educación, los de base, los que solo acuden a las actividades sin tratar de escudriñar que hay detrás de cada discurso, de cada acción, de cada acuerdo, deben preocuparse por la vida de su organización sindical, debatir lo que se proponga, denunciar lo que atente contra la unidad de su organización, analizar el contexto, formarse un juicio de la realidad y contrastarlo con la realidad misma y, sobre todo, denunciar cualquier intento de someter al sindicato a intereses del gobierno en turno.
Si no se exige respeto a estos principios, la unidad se rompe, en perjuicio de los trabajadores mismos.