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Israel: ¿Estado judío o enclave imperialista?

La narrativa sobre Israel y Palestina es un entramado complejo de historia, religión, política y geopolítica. En el corazón de esta disputa yace una “justificación” divina: la promesa bíblica de Dios a Abraham, Isaac y Jacob de entregarles Canaán, hoy Palestina (Génesis 12:1-3, 15:18-21). Para sectores del sionismo, esta es la base para considerar Palestina como “la tierra prometida”, legitimando la expulsión de los palestinos de su territorio, quienes son vistos como invasores en su propia tierra.

Un poco de historia

Palestina estuvo bajo dominio otomano hasta 1918. Tras la primera guerra mundial, con el Imperio Otomano derrotado, Reino Unido y Francia se repartieron sus territorios mediante los acuerdos secretos Sykes-Picot (1916). Palestina quedó bajo mandato británico hasta 1948. En 1917, la Declaración Balfour expresó el apoyo británico a un “hogar nacional para el pueblo judío” en Palestina, decisión colonialista que ignoró a los habitantes originales. La inmigración judía aumentó, exacerbando tensiones con árabes palestinos.

Orígenes y pueblos de Canaán

Antes de los israelitas, Canaán estaba habitada por pueblos como cananeos, hititas y amorreos. La Biblia relata que Dios ordenó “desplazarlos” (Deuteronomio 7:1-2), lo que genera controversia sobre si hubo “conquista” militar o asentamiento gradual. Algunos interpretan una “conquista espiritual”, mientras otros cuestionan la historicidad de estos relatos.

El sionismo: movimiento político y nacionalista

El sionismo, término derivado de “Sion” (colina en Jerusalén), simboliza la unión de Dios con el pueblo judío y la tierra prometida. Tras persecuciones históricas, especialmente en Europa, el Primer Congreso Sionista (1897, Basilea) planteó Palestina como “Hogar Nacional Judío”, es decir, apoderarse de territorio ajeno. En este sentido, el sionismo tiene un carácter colonialista.

La segunda guerra mundial y el Estado judío

Tras el Holocausto nazi, la ONU surgió en un contexto donde el colonialismo era cuestionado. Reino Unido terminó su mandato en Palestina. En noviembre de 1947, el movimiento sionista declaró unilateralmente la independencia de Israel, sin diálogo árabe, desencadenando luchas por la liberación palestina. Más de 1 millón de palestinos fueron expulsados de sus hogares (hoy Israel), refugiándose en Gaza, Cisjordania, Líbano, Jordania o Siria.

Geopolítica e imperialismo

¿Por qué el apoyo inmediato a Israel y la oposición a sancionarlo? Israel tiene posición estratégica militar y económica en el Mediterráneo; Gaza es clave para intereses del imperialismo norteamericano, permitiendo libertad de movimiento a tropas y amenaza a países árabes. Lo que está en juego no es un “mandato divino”, sino intereses geopolíticos: EE. UU. utiliza a Israel como aliado para perseguir objetivos en la región, asesinando civiles palestinos que piden patria y retorno a hogares arrebatados.
En suma, la narrativa de “tierra prometida” contrasta con la realidad de desplazamiento y opresión palestina. Israel aparece como enclave funcional a intereses imperialistas, más allá de identidad judía o promesas religiosas. La lucha palestina por derechos persiste frente a la ocupación y violencia sistémica, evidenciando que la disputa trasciende lo teológico para insertarse en dinámicas de poder global.

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