México, ¿blanco fácil para EE.UU.? La sombra del intervencionismo
La reciente declaración de la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, sobre mantener a su país “a salvo” de Irán, Rusia, China y México, pone de relieve la compleja relación entre México y su vecino del norte. Más allá de una simple ocurrencia, esta postura refleja la estrategia geopolítica de EE.UU. y sus intereses económicos y militares en la región.
La narrativa del imperio
La inclusión de México en la lista de “adversarios” de EE.UU. es significativa. Según Bondi, cualquier país que represente una amenaza para los ciudadanos estadounidenses, ya sea a través de violencia física o narcotráfico, es considerado un adversario. Esta narrativa es utilizada para justificar políticas de intervención y control, y es replicada por actores políticos y mediáticos en México que sirven a intereses oligárquicos.
El papel de los medios
La estrategia mediática en México, enfocada en notas rojas y sensacionalismo, fortalece la narrativa del gobierno estadounidense. Al destacar la violencia y el crimen, se crea un clima de miedo que fortalece el discurso del imperio. Esto es especialmente preocupante en un contexto donde la independencia económica y política de México es crucial para su desarrollo.
El nuevo poder judicial
La declaración de Bondi también pone de relieve la importancia del nuevo poder judicial en México. Con el anterior la impunidad era garantizada, y el gobierno de la Cuarta Transformación no podía actuar con libertad. Sin embargo, con el poder judicial recientemente electo, se abre la posibilidad de avanzar hacia una mayor independencia y justicia, aplicando la ley a quienes se han sentido intocables.
La independencia económica, clave
En este marco de referencia, impulsar demandas que afiancen la independencia económica respecto de EE.UU. es fundamental para el avance de México en la ampliación de su régimen democrático, consolidando el protagonismo del pueblo en el ejercicio del poder, y mejorando sus condiciones de vida.Sin ella será difícil lograr un desarrollo sostenible y autónomo.
Son tiempos de la unidad más amplia
Es hora de que las fuerzas democráticas, progresistas, nacionalistas, antiimperiistas, patrióticas y revolucionarias se unan para defender la soberanía nacional y pugnar porque se adopten medidas cada vez más profundas que conquisten de manera definitiva nuestra segunda independencia.
Es el momento de entender que la satisfacción de necesidades específicas está ligada, de manera inevitable, a la solución del problema que representa el expansionismo y saqueo imperialista y el derecho de nuestro pueblo por transformar su vida nacional.
