Elección judicial y lucha de clases en México
Con cerca de 13 millones de votantes, el pasado domingo 1 de junio se ha elegido el nuevo Poder Judicial Federal. Esto ha despertado el enojo de quienes por oficio o beneficio defienden el estado en que se encontraba ese poder.
Del otro lado está el pueblo; sí, esa diversidad de fuerzas, intereses, opiniones, posiciones económicas, políticas e ideológicas; pero que saben que debemos avanzar en el camino de la construcción de una democracia de nuevo tipo: la democracia del pueblo.
Y este momento histórico que ha vivido México no es la lucha frontal entre la clase obrera (muy desorganizada, confrontada y desorientada, por cierto) y la gran burguesía nacional.
Pensarlo de esta manera significa que la lucha de clases se entiende de manera dogmática, con las consecuentes fallas en la lucha política, pues no ubicamos al enemigo principal en un momento histórico determinado como es el que México atraviesa.
Y no obstante, a pesar de que no es esa etapa de la lucha de clases en la que se enfrenta la clase obrera y la burguesía, como muchos izquierdistas infantiles quisieran, SÍ se enmarca en la lucha de la clase obrera mundial y el poder de los monopolios internacionales. Una batalla que debe interesar a todos los trabajadores y todas las trabajadores del mundo, principalmente de los países que luchan por su segunda y definitiva independencia, por ejercer su soberanía y ampliar su régimen democrático, como México.
Y en ese proceso de lucha nacional, por nuestra independencia, nuestra soberanía y un régimen democrático donde el pueblo sea el protagonista y sienta las bases para arribar a una democracia en la que sean los intereses de la clase trabajadora los que marquen el rumbo, se enmarca la elección del Poder Judicial Federal, y las demás reformas que se han hecho.
Si la clase trabajadora de México- la de la ciudad y del campo- no logra comprender que la satisfacción de sus necesidades está INDISOLUBLEMENTE ligada al logro de eso grandes objetivos nacionales por los que millones de mexicanos han dado su vida a través de las tres transformaciones previas ( independencia, Revolución Mexicana, Reforma), caerá en la estrategia de los grandes ricos del país y el mundo, ávidos de hacer fracasar este proyecto de nación.
La lucha de clases no solo es política (de la cual una de sus manifestaciones es la movilización callejera) también es ideológica y económica.
Por último, la lucha de clases es científica; es decir, exige que cada acción política corresponda a las condiciones concretas que se vivan en un lugar concreto y en un tiempo concreto. No hacerlo así significa ir a la aventura. Y eso es reaccionario.
