Se aferran Mariana Benítez y Rosa María Castro a intereses políticos en Morena
Carmen Martínez.
La diputada federal Mariana Benítez Tiburcio sigue con su recorrido político dentro de Morena, pese a que varios grupos al interior del partido le han negado el acceso tras su pasado en la función pública, especialmente en su involucramiento en el caso Ayotzinapa, del cual no ha asumido responsabilidad alguna.
Ahora, junto con la otra diputada morenista Rosa María Castro Salinas, buscan obtener el beneplácito de Susana Harp Iturribarría, luego que ésta sea una de las mujeres más apoyadas dentro de Morena, para ser la primera gobernadora de Oaxaca en el año 2028.
Tanto Mariana Benítez como Rosa María Castro, cuentan con la poca aprobación de Morena para su carrera política, ya que ambas han sido señaladas constantemente por parte de grupos internos en el partido, de buscar alianzas políticas que les permitan alcanzar intereses personales; por lo que ahora, buscan ganar terreno dentro del grupo morenista, gracias a la fuerza de atracción que tiene hoy en día Susana Harp.
En el caso de Benítez Tiburcio, ésta podría ser su última oportunidad para conseguir formar parte de una de las contadas élites que hay dentro de Morena, ya que las demás le han cerrado las puertas gracias a su lealtad en el pasado al PRI, además de su falso apoyo a movimientos feministas y a la mujer en general.
Esto, quedó en evidencia cuando Mariana Benítez votó en contra del desafuero a Cuauhtémoc Blanco, quien fue señalado de intento de violación; así como cuando las hermanas de la fallecida activista Sandra Domínguez la buscaron para recibir apoyo, igorándolas por completo, y tiempo después lamentó que fuera hallada sin vida.
“Cuando la hermana de Sandra te buscó en el pleno te reclamó que no te posicionaras, “disfruta lo que te queda en la curul, a los políticos como ustedes los vamos a sacar y enjuiciar por todo el daño que le han hecho al pueblo de Oaxaca”, fueron algunos de los comentarios que recibió la diputada federal en ese entonces.