Violencia desenfrenada: brutal golpiza en bar a joven; autoridades capitalinas omisas
La creciente ola de violencia que azota bares y cantinas de la capital oaxaqueña ha encendido las alarmas, generando una profunda preocupación entre turistas nacionales y extranjeros que planean visitar la ciudad durante las próximas festividades de la Guelaguetza. El riesgo de ser víctima de agresiones, incluso mortales, en negocios del Centro Histórico, es una realidad innegable que empaña la imagen de Oaxaca.
Un brutal ataque sin precedentes contra un adolescente y su novia, ocurrido en una cantina ubicada en la parte alta de la Avenida 20 de Noviembre y Mina, ha desatado la indignación ciudadana y puesto de manifiesto la ineficacia de las autoridades municipales. Pese a que los presuntos responsables serían trabajadores de “Carnes Asadas Jesús”, local 189 del “Pasillo de Humo del Corazón Gastronómico de Oaxaca”, el silencio y la inacción del gobierno municipal y su presidente Raymundo Chagoya son ensordecedores.
Cómplices de la Inseguridad
Mientras la ciudad se sumerge en un ambiente de inseguridad, con agresiones de máxima violencia que deberían avergonzar a cualquier autoridad, la administración municipal parece más preocupada en operativos de bajo impacto, como la detención de “borrachos crónicos” y “malillas”, o en la supuesta implementación del “Operativo Pescador”, que ha sido duramente criticado por la ciudadanía. En sus conferencias de prensa, donde han intentado justificar sus fallidas estrategias de seguridad, el presidente municipal Raymundo Chagoya y su equipo han guardado un vergonzoso silencio sobre los hechos violentos que verdaderamente atentan contra la integridad de los oaxaqueños y visitantes.
La pregunta resuena en la conciencia colectiva: Si fuera tu hijo, el adolescente casi asesinado a golpes, y el gobierno es cómplice de esta inacción, ¿qué harías? La respuesta para muchos oaxaqueños es clara: exigir la renuncia de aquellos que, por omisión o negligencia, han permitido que la violencia se apodere de nuestras calles, poniendo en riesgo la vida de nuestros jóvenes y el prestigio de nuestra ciudad. La Guelaguetza se acerca, y con ella, la urgente necesidad de un municipio que garantice la seguridad de todos, no solo de los extranjeros.