Carmen Martínez.

Ha sido hasta hace poco que se ha popularizado el consumo de insectos como parte de un platillo principal, donde restaurantes de alta gama ofrecen a sus comensales platos minimalistas, donde el protagonista pueden ser escamoles, chapulines o gusanos.

Sin embargo, en Oaxaca el consumo de insectos como parte de la dieta diaria es ya algo milenario, principalmente en comunidades donde pueden tener poco acceso a otros productos como carnes, mariscos y demás, ya sea por la zona geográfica o por el costo.

De acuerdo con diversas investigaciones, nuestros antepasados consideraban a los insectos como el principal alimento para sus emperadores y guerreros, debido al alto valor nutritivo que les aportaban, ya que aportan grandes beneficios al organismo a través de proteínas, hierro, fósforo, fibra y calcio.

Se calcula que, a nivel mundial, existen aproximadamente mil 681 especies de insectos que se pueden consumir, y tan solo en México podemos encontrar 549 de ellas, por lo que nuestro país es uno de los que tienen mayor variedad de esta especie. En Oaxaca, se consumen tanto enteros como molidos, y se preparan junto con ingredientes como el jitomate, chile, calabaza, cacao o hierbas aromáticas.

En la entidad oaxaqueña, existen alrededor de 26 variedades de insectos tales como chapulines, gusanos de maguey, hormigas chicatanas y jumiles; que pueden ser utilizados en tamales, moles, tacos, salsas, tlayudas y demás; que aportan un sabor único que hasta puede hacerte olvidar que lo que estás comiendo salió de la propia tierra.

Oaxaca es uno de los estados en donde más se comen variedades como cocopaches, cuchama, pochocuil, ticocos, chicharras de nopal, ahuate, vinagrillo, grana cochinilla, entre otros; mismos que se pueden encontrar en las ocho regiones, que bien podrían hacer de tu experiencia en la entidad algo único.